Desde Aprovada, nos hacemos eco de las palabras de un compañero en el aniversario del inicio de nuestra andadura como valoradores.
Hoy hace exactamente 11 años que comencé mi andadura como
personal Trabajador Social, Valorador de la Dependencia, de la Junta de Andalucía.
Fue un día que comenzaba, a nadie se le olvide, tras haber aprobado mis oposiciones, bajo los criterios de igualdad, mérito y capacidad, como exigía la propia Junta de Andalucía.
Como eran pocas las plazas ofertadas, me quedé sin poder optar a una y quedé en la bolsa de interinos, de la cual me llamaron unos meses después porque, magia potagia, casualidades de la vida, de pronto la Junta de Andalucía se había dado cuenta de que tendría que poner en marcha la ley de Dependencia y necesitaría llamar a casi 300 trabajadores sociales para ello.
Claro, por eso en las oposiciones que yo aprobé (como todos mis compañeros) sólo se ofertaron unas veintitantas plazas, porque la Junta no había previsto necesitar, sólo unos meses después, a casi 300 trabajadores sociales, con lo cual, entramos como interinos (habiendo aprobado unos meses antes nuestras oposiciones y con lo que conlleva ser interino).
11 años después, aquí me veo, tras promesas de estabilización vanas, recortes de salarios y derechos… tras pasar en varias ocasiones por concursos donde se ofertaban nuestras plaazs y… ¿nosotros? A la calle sin miramientos tras once años; varios compañeros saben muy bien de lo que hablo.
El caso es que entré con 26 añitos, dispuesto a jugar con las reglas que el juego marcaba y a prepararme mis oposiciones, dado que como todos sabemos, un interino no debe estar más de 3 años consecutivos en su puesto y, casualidades de la vida, llevamos 11 años.
Ahora ¿por donde revienta el paquete? Si la Junta de Andalucía ha mantenido casi 300 interinos trabajadores sociales durante 11 años sabiendo que no debe hacerlo y ahora por ejemplo yo, que no soy de los más viejos de mis compañeros, tengo 38 años, si me quedo en la calle, ¿dónde voy? ¿A reubicarme una temporadita en otro puesto (peor pagado por supuesto) hasta que llegue ese maravilloso proceso de estabilización? ¿Eso es de verdad lo que la administración está dispuesta a ofrecer?
Recuerdo que en nuestro haber está el mantener y haber construido un sistema que, hoy por hoy y a pesar de los pesares, supone una mano de esperanza para la dignidad de decenas de miles de andaluces y andaluzas, que no pueden manejarse de manera independiente en su vida habitual.
Recuerdo que en nuestro haber están muchísimas horas de sacrificio, trabajo abnegado, compromiso y lucha por un sistema que todos creemos como justo y necesario, incluso cuando el incumplimiento de los plazos ejerce un latigazo odioso contra los más vulnerables.
Jamás nos hemos quejado, jamás. Jamás hemos exigido nada que no sea lo exclusivamente justo.
Por eso, ahora, sólo exigimos eso, justicia.
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