Unas necesarias líneas de agradecimiento

Hay momentos en la vida que te dejan en una tierra de nadie, cuando quieres conquistar esas ínsulas de justicia, pero las fuerzas y la soledad no acompañan.

Afortunadamente, hay ocasiones en que esa no es la realidad y todo un ejército de almas comprometidas te agarran las muñecas en tus momentos de debilidad y te lanzan hacia delante, para continuar en la batalla por la justicia.

Pero hay también otras en que son un@s cuant@s héroes irreductibles los que deciden asumir las fuerzas pérdidas por la mayoría y empujan apretando los dientes por tod@s sus compañer@s.

Y es este último caso el que me lleva a escribir estas líneas.

Nos dijeron que el camino estaba trazado...

Nos dijeron que no había nada que hacer...

Nos dijeron que sucumbiesemos a la idea de que las cosas son así...

Nos ningunearon...

Nos engañaron...

Nos traicionaron...

...y pudieron con bastantes, consiguieron que las ganas se fuesen arrastradas hasta el fondo por un ánimo deshidratado.

Sin embargo, hubo unos pocos héroes que se negaron a esconder los puños... quedaron los suficientes con las sienes tensas y las voluntades fuertes para continuar empujando al grupo hacia la justicia con mayúsculas.

Y ya! Ya se ve! Ya llega la justicia!

Por eso hoy es impepinable parar un minuto y llenarnos las voces de agradecimiento a est@s compañer@s.

Hoy, lo que es justo está muchísimo más cerca, casi lo tocamos. Y es gracias a estos héroes.

Gracias, gracias, gracias...

Desde lo más profundo...

Desde el lugar donde nuestras voluntades comenzaban a flaquear...

Gracias, porque vosotr@s habéis conseguido hacer ver a los encantadores que otro mundo es posible y que podemos lograrlo por encima de sus engaños.

Gracias, porque vuestra fuerza ha logrado tumbar el muro de la injusticia y ha provocado que la luz de la esperanza y la justicia lo inunde todo.

Gracias, por creer.

¡GRACIAS compañer@s!